LA RESTAURACIÓN.

 

El origen de la Restauración

 

- Explica y desarrolla las circunstancias históricas que hicieron posible la subida al trono de Alfonso XII como rey de España. Utiliza el texto para reflejar cómo fue vista por sus autores la llegada del nuevo régimen

 

“Tras hondas perturbaciones y dolorosos ensayos, que más de una vez pusieron en inminente riesgo la unidad sagrada de la patria y los más altos intereses sociales, y precedida de un breve período de reorganización del Ejército y laudables esfuerzos para reconstruir el orden social y material, apareció al fin, traída por la fuerza irresistible de los sucesos y por el amor de los pueblos, la monarquía tradicional representada en don Alfonso XII.

Distinguíase de otras esta restauración por una circunstancia esencialísima: la de que la dinastía restaurada, lejos de simbolizar el Antiguo Régimen con su absolutismo y sus privilegios, era la encarnación histórica del derecho común, de las libertades públicas y del sistema parlamentario.

Dos necesidades apremiantes había que satisfacer: la de hacer la guerra sin descanso hasta devolver a esta nación el bien estimable de la paz (guerra carlista y guerra colonial), y la de entenderse y concertarse los hombres de recta conciencia y sano corazón deponiendo sus odios y rencillas ante el altar de la patria, para llegar al establecimiento de una legalidad común que haga posible el juego regular de las instituciones y el libre ejercicio de las prerrogativas del monarca.

El poder real necesita, para cumplir sus altos fines, ser eficazmente secundado, por partidos bien organizados, que sepan esperar [su turno] y no cambien de criterio cuando han de ejercer la autoridad. [...] ha de menester para que los partidos alternen pacíficamente en el mando.”

MANIFIESTO DE LOS NOTABLES. 9 de Enero de 1876

 

 

El sistema político de la Restauración

 

 

La ideología de Cánovas del Castillo

 

- A partir de estos textos elabora una redacción en la que explores el pensamiento político de Cánovas del Castillo

 

“El arte de gobernar consiste en marchar siempre adelante, mejorando todo lo existente; pero haciendo cuanto haya que hacer con lentitud, extirpando las causas para matar los efectos sin producir revoluciones, que son en todos conceptos funestas.

¿Quién se opone ni se ha opuesto jamás a las reformas, cuando estas reformas son o pueden ser sinónimo de mejoras? ¿Quién hay que pueda rechazar las mejoras? Pero ¿es esto lo que muchas veces significa la palabra reforma, o es una agitación malsana que hace que se piense que con sólo moverse se mejora, que con sólo alterar se perfecciona, que únicamente destruyendo hoy lo de ayer, para que mañana vuelva a ser destruido, se camina con paso firme por la senda del progreso humano? Yo soy enemigo de toda reforma que no envuelva en sí una mejora indisputada y evidente; yo soy enemigo de que se cambie nada, sin aquella completa certidumbre que racionalmente cabe en las cosas humanas, de que lo destinado a sustituir a lo presente lo aventaja

en gran manera y es muchísimo más útil para los intereses del país.

Cualesquiera que sean nuestras preferencias teóricas; cualesquiera que sean nuestros temores presentes, pensad, señores, que no sois bastantes a contrarrestar el espíritu de los tiempos, el espíritu liberal que impera en el mundo moderno. Las ideas de este siglo, palpables, potentes, predominantes, irresistibles, empujan a todo el mundo hacia el régimen representativo y van esparciendo la libertad constitucional por todas partes.”

 

“Creo que el Socialismo es hijo legítimo e inevitable del sufragio universal y de la descreencia religiosa, y que el socialismo es ya hoy una grande amenaza, tengo mucha fe aún en la eficacia que, a poco que la ayudéis, encierra una de las instituciones proyectadas; la institución monárquica. Toda sociedad cuyo elemento sea el sufragio universal, y en que se llegue a lograrse y alcanzarse la triste victoria del ateísmo [..]

Creo, por lo mismo que la forma de estado, ahora y siempre, principalmente atendiendo al desarrollo legítimo de la personalidad humana, y a la consagración histórica de los derechos individuales, será la forma monárquica. No digo que sea la única; podrán organizarse en otra forma las sociedades humanas, no lo niego; pero creo que así como confirma el más preciso de los derechos individuales , que es la propiedad, la herencia, el principio de una sociedad continua, que guarda en depósito el caudal de las generaciones pasadas para las venideras, que es la atmósfera moral en que el individuo alienta, que es el instrumento más grande de su desenvolvimiento histórico, no es otro que la monarquía hereditaria [..]

A vosotros os digo con mayor esperanza, que si queréis conservar la libertad como yo quiero que se conserve, menester es que salvéis también la religión y la monarquía. La libertad, la religión, la monarquía, preciso es estar ciego para no verlo, son los tres grandes y fundamentales sentimientos de que está poseída la Nación española.”

 

"Escójase, pues, entre la falsificación permanente del sufragio universal o su supresión si no se quiere tener que elegir entre la existencia y la desaparición de la propiedad (…). La convicción profunda de que las desigualdades proceden de Dios, que son propias de nuestra naturaleza y creo supuesta esta diferencia en la inteligencia y hasta en la moralidad, que las minorías inteligentes gobernarán siempre el mundo".

 

“Lo que más principalmente ha de dividir en lo sucesivo a los hombres, sobre todo en nuestras sociedades [...] ha de ser más que nada esta cuestión de la propiedad. La propiedad es la verdadera fuente y la verdadera base de la sociedad.

Con todos los que real y verdaderamente defiendan la propiedad se creará una grande escuela, se creará un grande y verdadero partido, que, aun cuando entre sí tenga divisiones profundas como todos los partidos las tienen, estará siempre unido por un vínculo, por un fortísimo lazo común.”

 

“Los ejércitos serán por largo plazo, quizá siempre, robusto sostén del presente orden social, e invencible dique de las tentativas ilegales del proletariado que no logrará otra cosa sino derramar inútilmente su sangre en desiguales batallas.”

 

 

La constitución de 1876

 

- Analiza la Constitución de 1876 y la nueva estructura política, comparándola con la de 1845 y 1869 (puedes utilizar como ayuda el esquema inferior). ¿A qué se debieron estos cambios?

 

“DON ALFONSO XII, por la gracia de Dios Rey Constitucional de España, a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: que en unión y de acuerdo con las Cortes del Reino actualmente reunidas, hemos venido en decretar y sancionar la siguiente

Constitución de la Monarquía Española       […]
Artículo 4 Ningún español, ni extranjero, podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban.   
Todo detenido será puesto en libertad o entregado á la Autoridad judicial, dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto de la detención. 
Toda detención se dejará sin efecto ó elevará á prisión, dentro de las setenta y dos horas de haber sido entregado el detenido al Juez competente.          
Artículo 5 Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento de Juez competente. […]    
 Toda persona detenida ó presa sin las formalidades legales, ó fuera de los casos previstos en la Constitución y las leyes, será puesta en libertad á petición suya ó de cualquier español.

Artículo 6 Nadie podrá entrar en el domicilio de un español, ó extranjero residente en España, sin su consentimiento, excepto en los casos y en la forma expresamente previstas en las leyes. 
 Artículo 11 La Religión católica, apostólica, romana, es la del Estado. La Nación se obliga á mantener el culto y sus ministros.       
Nadie será molestado en el territorio español por sus opiniones religiosas, ni por el ejercicio de su respectivo culto, salvo el respeto debido á la moral cristiana.           
No se permitirán, sin embargo, otras ceremonias ni manifestaciones públicas que las de la Religión del Estado.                 
 Artículo 13 Todo español tiene derecho:    
De emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta ó de otro procedimiento semejante, sin sujeción á la censura previa. 
De reunirse pacíficamente.      
De asociarse para los fines de la vida humana.    
De dirigir peticiones individual ó colectivamente al Rey, á las Cortes y a las Autoridades.      
El derecho de petición no podrá ejercerse por ninguna clase de fuerza armada.
Artículo 18 La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Artículo 19 Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados.

Artículo 20 El Senado se compone:               
Primero. De Senadores por derecho propio.           
Segundo. De Senadores vitalicios nombrados por la Corona.             
Tercero. De Senadores elegidos por las Corporaciones del Estado y mayores contribuyentes en la forma que determine la ley.     
El número de los Senadores por derecho propio y vitalicios no podrá exceder de ciento ochenta.                
Este número será el de los Senadores electivos.   
Artículo 21 Son Senadores por derecho propio:                
Los hijos del Rey y del sucesor inmediato de la Corona, que hayan llegado á la mayor edad.                   
Los Grandes de España que lo fueron por sí, que no sean súbditos de otra Potencia y acrediten tener la renta anual de sesenta mil pesetas, procedente de bienes propios inmuebles, ó de derechos que gocen la misma consideración legal.       
Los Capitanes Generales del Ejército y el Almirante de la Armada.
El Patriarca de las Indias y los Arzobispos.   
El Presidente del Consejo de Estado, el del Tribunal Supremo, el del Tribunal de Cuentas del Reino, el del Consejo Supremo de la Guerra, y el de la Armada, después de dos años de ejercicio.           
Artículo 27 El Congreso de los Diputados se compondrá de los que nombren las juntas electorales, en la forma que determine la ley. Se nombrará un diputado, a lo menos, por cada cincuenta mil almas de población

Artículo 32 Las Cortes se reúnen todos los años. Corresponde al Rey convocarlas, suspender, cerrar sus sesiones y disolver simultánea o separadamente la parte electiva del Senado y el Congreso de los Diputados, con la obligación, en este caso, de convocar y reunir el Cuerpo o Cuerpos disueltos dentro de tres meses.     
Artículo 41 El Rey y cada uno de los Cuerpos Colegisladores tienen la iniciativa de las leyes. 
Artículo 44 Si uno de los Cuerpos Colegisladores desechara algún proyecto de ley, ó le negare el Rey la sanción no podrá volverse á proponer otro proyecto de ley sobre el mismo objeto en aquella legislatura.         
Artículo 48 La persona del Rey es sagrada é inviolable. 
Artículo 50 La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende á todo cuanto conduce á la conservación del orden público en lo interior y á la seguridad del Estado en lo exterior, conforme á la Constitución y á las leyes.          
Articulo 51 El Rey sanciona y promulga las leyes.  
Artículo 52 Tiene el mando supremo del Ejército y Armada, y dispone de las fuerzas de mar y tierra.

Artículo 59 El Rey legítimo de España es Don Alfonso XII de Borbon.

Artículo 75 Unos mismos Códigos regirán en toda la monarquía, sin perjuicio de las variaciones que por particulares circunstancias determinen las leyes. En ellos no se establecerá más que un solo fuero para todos los españoles en los juicios comunes, civiles y criminales.     
Artículo 76 A los Tribunales y Juzgados pertenece exclusivamente la potestad de aplicar las leyes en los juicios civiles y criminales, sin que puedan ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado.

Dado en Palacio á treinta de junio de mil ochocientos setenta y seis”

 

 Esquema de la constitución de 1876

Los liberales de Sagasta

- Los textos reflejan algunas de las diferencias programáticas que separaron a conservadores y liberales. Explica cuáles fueron esas diferencias y si llegó a cumplirse el ideario del partido liberal.

“Hemos entrado en un nuevo período político. El Ministerio presidido por Cánovas había prestado relevantes servicios, terminando la guerra civil en España y en Cuba. Pero no había sabido coronar el orden alcanzado por los sacrificios de todos, con la libertad de todos.... El señor Sagasta... ha colgado la Ley de Imprenta en el Museo Arqueológico de las leyes inútiles; ha abierto la Universidad a todas las ideas y a todas las escuelas; ha dejado un amplio derecho de reunión... y ha entrado en un período tal de libertades prácticas y tangibles que no podemos envidiar cosa alguna a los pueblos más liberales de la tierra. Nosotros, si sabemos mantener la paz pública y el orden regular en las calles y en los campos, nada, pero absolutamente nada podemos temer ya por nuestras libertades. Bien es verdad que para todo esto era necesario cambiar la complexión revolucionaria de la democracia española en complexión pacífica y legal. A esta obra me he consagrado desde 1874.”

Emilio Castelar; discursos parlamentarios, 1881

 

“Art. 15. Tendrá derecho a ser inscrito como elector, en las listas del censo electoral de la sección de su respectivo domicilio, todo español que tenga 25 años cumplidos y que sea contribuyente dentro o fuera del mismo distrito, por la cuota mínima para el Tesoro de 25 pesetas anuales por contribución territorial o de 50 por subsidio industrial [...].

Art. 19. También tendrán derecho a ser inscritos en las listos como electores, siempre que hayan cumplido 25 años […]:

-Los individuos de los capítulos eclesiásticos y los curas de parroquia y sus tenientes o coadjutores.

-Los empleados activos de todas las ramas de la Administración pública (…) que perciban como mínimo 2.000 pesetas anuales de sueldo [….];

-Los pintores o los escultores que hayan obtenido un premio de primera o segunda clase en las exposiciones nacionales o internacionales.

-Los profesores y los maestros de cualquier enseñanza subvencionada con fondos públicos.

-Los maestros de primera y segunda enseñanza que tengan título.”

Ley electoral de Cánovas, 1878

 

“Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España, y en su nombre, y durante su menor edad, la Reina Regente del Reino:

Artículo 1°: Son electores para Diputados a Cortes todos los españoles varones, mayores de 25 años, que se hallen en el pleno goce de sus derechos civiles y sean vecinos de un Municipio en el que cuenten dos años al menos de residencia.

Las clases e individuos de tropa que sirvan en los ejércitos de mar o tierra no podrán emitir su voto mientras se hallen en las filas.”

Ley electoral de Sagasta de 26 de junio de 1890

 

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El turnismo político

 

- Explica qué fue el “turnismo político” y cuáles fueron las razones que lo provocaron. Analiza el texto en función de este proceso político y resume el cuadro y gráfico que muestran la evolución política del periodo restaurador. Finalmente, comenta qué significa la caricatura y su relación con el turno de partidos

 

“Al saberse en Madrid el peligro de la vida de D. Alfonso XII, Cánovas decidió aconsejar a la reina la entrega del poder a los liberales (…) lo cual dio origen a la leyenda del Pacto de El Pardo, ajena a toda la realidad, pues la resolución de abandonar el gobierno la adoptó Cánovas por su exclusiva iniciativa, sin que mediara inteligencia alguna, directa ni indirectamente, con ningún personaje liberal (…). Estando aún en el salón de columnas el cadáver del rey, juró un nuevo gobierno presidido por el señor Sagasta (…). El ciclo del Sr. Cánovas fue favorablemente juzgado por amigos y adversarios. En mi sentir hubiérase verificado el cambio de toda suerte, pues la decisión de lograrlo era visible en todas las esferas (…) mediante esa mudanza se aseguraba el orden público y se aquietaban los espíritus, Cánovas entendió que no tenía la necesaria autoridad para pedir la concordia de todas las fuerzas políticas del país en un momento tan oscuro y con una sucesión monárquica tan extraña. Si todo ello lo solicitaba bajo el peso de pérdida tan inesperada como la muerte del rey, produciendo en su derredor la debilidad que lleva consigo en este mundo la desgracia”.

SILVELA, F.: Los partidos políticos, 1902.

 

 

 

Caciquismo

 

  1. El “caciquismo” se convirtió en la referencia fundamental del sistema político restaurador. Analiza cuáles fueron sus causas, sus características principales y qué consecuencias provocó en las relaciones políticas.

 

“ Gobernar y hacer la oposición’ son cosas que en España durante largos y mortales años han venido a significar, poco más o menos, lo mismo que ‘fusilar o ser fusilado’, y al contemplar el espectáculo que ofrecen las provincias y los pueblos, dudamos si el señor Sagasta se ha hecho cargo de los progresos realizados en nuestro modo de ser político y social en seis años de discretísimo consorcio entre la tolerancia y la fuerza, y si entiende que estando dispensado por el momento de fusilar correligionarios impacientes o adversarios díscolos, nada tiene que hacer ni en qué ocuparse.

Solo así se explica cómo mira impasible desarrollarse, crecer, tocar las nubes, esa funestísima plaga del caciquismo en la gestión política provincial, simbolizada en el predominio de un hombre, a cuyos votantes no hay estanquero que resista ni ayuntamiento que no se sienta empapelado, ni estafetero que no resigne la valija.

¡Con cuánta tristeza, los que somos españoles antes que hombres de partido, hemos oído describir a nuestros amigos y allegados de las provincias esas presentaciones de los gobernadores flamantes, traídos en palmas por el cacique principal, días o semanas venidos a Madrid a luchar en tremenda lid con las influencias de correligionarios rivales, y que regresa triunfante con un gobernador ‘cosa suya’; con qué pena vemos formar las listas, no de los hombres mal notados, ni de los ayuntamientos morosos, ni de los empleados inútiles, ni de los empleos innecesarios, sino de los víveres, municiones y pertrechos precisos en cada distrito para dar en tierra con todo enemigo que, por razones singulares y siempre ajenas a la voluntad del país, no merezca especial indulto!”

SILVELA, F.: “Gobierno, Gobierno y Gobierno”, en La Época, 31 de marzo de 1881.

 

“No es, no es nuestra forma de gobierno un régimen parlamentario, viciado por corruptelas y abusos, según es uso entender, sino, al contrario, un régimen oligárquico, servido, que no moderado, por instituciones aparentemente parlamentarias. O, dicho de otro modo, no es el régimen parlamentario la regla, y excepción de ella los vicios y las corruptelas denunciadas en la prensa y en el Parlamento mismo durante sesenta años; al revés, eso que llamamos desviaciones y corruptelas constituyen el régimen, son las misma regla...

Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida o encasillada en "partidos". Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo fuese, formaría parte integrante de la Nación, sería orgánica representación de ella, y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una facción de extranjeros apoderados por la fuerza de los Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos.

Contener el movimiento de retroceso y africanización absoluta y relativa que nos arrastra cada vez más lejos, fuera de la órbita en que gira y se desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una total refundición del Estado español sobre el patrón europeo, que nos ha dado la historia y a cuyo empuje hemos sucumbido... o, dicho de otro modo, fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España culta y que piense, una España libre y que gobierne...”

Joaquín Costa, Oligarquía y caciquismo, 1901

“El caciquismo sólo es posible en un país de gran propiedad agraria. El cacique es el ricacho del pueblo, él mismo es terrateniente o representante del terrateniente de alcurnia que reside en la Corte; de él depende que los obreros agrícolas trabajen o se mueran de hambre, que los colonos sean expulsados de las tierras o que las puedan cultivar, que el campesino medio pueda obtener un crédito. La Guardia Civil del pueblo está en connivencia con él, el maestro (...) debe someterse a él, el párroco prefiere por lo común colaborar con él; en una palabra, es el nuevo feudal. (...). El caciquismo, como el feudalismo, tiene estructura piramidal partiendo del burgo o aldea; a la altura provincial hay cacique o caciques, que suelen colaborar con el “señor gobernador”.

Manuel Tuñón de Lara, historiador

 

 

 

 

 

El sistema electoral: “el pucherazo”

 

- Los textos relatan la falsedad del proceso electoral restaurador. Explica cómo se producía este proceso desde el mismo momento en que el Rey anunciaba la disolución de las Cortes. Comenta qué fatales consecuencias acabará teniendo este proceso para el propio sistema político. Incluye fragmentos de los textos de referencia para explicarlo y comenta la caricatura.

 

“Si no fuera por las grandes desgracias que causan al país, nuestras elecciones serían uno de los espectáculos más divertidos que podrían verse en Europa. Realmente solo tenemos una mala parodia de elecciones. Listas de electores, urnas, escrutinios, todo está falsificado (…). Entre nosotros reina la farsa en toda su desnudez, una farsa completa, especial y exclusiva de las elecciones españolas; tanto si el sufragio es universal como si es restringido nunca hay más que un solo y único elector: el ministro de Gobernación. Este con sus gobernadores de provincia y el innumerable ejército de empleados de todas clases, sin excluir a los altos dignatarios de la magistratura y el profesorado, prepara, ejecuta y consuma las elecciones (…).

Se confeccionan las listas de electores poniendo algunos nombres reales entre una serie de nombres imaginarios, y sobre todo nombres de difuntos que en el acto de votación están representados por empleados subalternos vestidos con trajes civiles para ir a votar. El autor de estas rayas ha visto muchas veces cómo su padre, muerto ya hace algunos años, iba a depositar su voto en la urna bajo la figura de un basurero de la ciudad o de un individuo de policía, vestido con ropa de otro [...]

Este sistema de elecciones [...] no es el peor de los medios empleados para falsear el sufragio por los llamados defensores del parlamentarismo y del sistema de representación. Apresurémonos a decir que lo más frecuente es que no se entretengan en estos simulacros de respeto humano y que aumente pura y simplemente el número de votos hasta asegurar la elección del candidato que desean ver nombrado. En este terreno se suelen sobrepasar los límites de lo grotesco y de lo absurdo.

Para que los lectores extranjeros puedan hacerse una idea de lo que ocurre, citaremos un caso de un general de brigada, que obtuvo más de un millón y medio de votos, a pesar de que distrito solo contaba con solo varios miles de habitantes. Ambos competidores disponían de medios para hacer subir los votos en los colegios electorales que les eran afectos, pero la victoria fue para el más audaz. El adversario del general fue aplastado por el peso del millón y el vencedor se presentó muy serio en el Congreso, donde con la mayor naturalidad, confirmaron la elección.”

Valentí Almirall , París 1.886 (España tal como es)

 

“(...) Que nuestras mayorías parlamentarias no representan a la opinión de la mayoría del país, no creo que necesite de demostración alguna.

A la vista está. Cese el encasillado; calle el telégrafo del ministerio de la Gobernación; suprímase la influencia oficial; permanezca neutral el Gobierno; deje de ser el gobernador de cada provincia el autor de las elecciones en su territorio; olvide la práctica de llamar a los alcaldes a su despacho; (...) abandónese a los candidatos adictos a sus propias fuerzas; llévese la Guardia Civil a los campos, y comuníquesele la consigna de no entrar en las poblaciones durante el periodo electoral; niéguese el envío de delegados, pídalos quien los pida; persíganse como crímenes de lesa nación los pucherazos, actas en blanco, resurrección de muertos que votan, y envíese a presidio a quien quiera que delinca en materia de sufragio; anúlense en el Congreso cien actas; practíquese, en fin, el principio del régimen como él exige ser practicado, según moral y sinceridad y luego se verá qué mayorías obtienen nuestros gobiernos al uso que se ufanan y engalanan con tener tras sí 200 o más diputados.”

Luis MOROTE: La moral de la derrota, Madrid, 1900

 

 
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Los problemas del sistema. La oposición al sistema

 

Hacia la crisis política

- Estos textos plantean algunos de los problemas que ya en el último tercio del siglo XIX empezaron a manifestarse y que sólo a partir del primer tercio de siglo estallaron con fuerza. Comenta qué debilidades y distorsiones del sistema político son éstas.

 

“El Congreso de aquellos tiempos solía componerse de casi 400 escaños. De ellos, sólo alrededor de sesenta y tantos responden realmente a una fuerte representación local. A esos prohombres locales -y sus representantes- se les conocía con el nombre de caciques. Lo relevante no son tanto los calificativos como el hecho de que lo que se conocía como «distritos propios» (o «en propiedad» de esos caciques, aquéllos donde la influencia local era considerable) no llegaban al 20% del total de escaños.

En cambio, los llamados distritos «disponibles» (esto es, a disposición del Ministerio de Gobernación) eran mayoría abrumadora. En otras palabras no eran las elecciones quienes hacían el gobierno sino al revés. Con esos distritos disponibles, el Ministro de Gobernación de turno fabricaba las elecciones, a través de una cadena de mando que iba del Ministerio a los alcaldes, pasando por los gobernadores civiles, y que se manejaba por medio del telégrafo. De este modo, contando con una amplia baraja de más de trescientas cartas, la satisfacción de los políticos profesionales y sus clientelas, ya del gobierno de turno, ya de la oposición, era una tarea abordable y que se realizó con éxito durante mas de un cuarto de siglo. Paradójicamente, sin embargo, a medida que el país se fue modernizando, que aumentó el número de distritos propios, con fuerza local, con caciques «buenos» o malos, pero que de algún modo representaban intereses locales, a medida que iban surgiendo distritos «libres» (esto es, con voto real, como en Madrid, Barcelona o Valencia), en una palabra, en fin, a medida que progresaba el proceso de socialización política, se iba reduciendo el número de distritos disponibles al arbitrio del Ministerio de Gobernación. Por ende, la composición del encasillado, la formación de mayorías, la satisfacción de facciones, la colocación de las oposiciones, se fue haciendo más difícil.

En consecuencia, los gobiernos, ya entrada nuestra centuria, empezaron a ser progresivamente inestables. O, dicho en otras palabras y para volver a recoger el hilo central del argumento: socialización política y democratización estaban, en una medida no desdeñable, en contradicción con ese mecanismo de alternancia y equilibrio tan perfecta y artificiosamente diseñado.”

VARELA ORTEOA, I. (1994): «Sobre la naturaleza del sistema político de la restauración” en CORTAZAR, G.: Nación y Estado en la España liberal. Madrid

 

 

“La Historia dirá que los partidos de gobierno no cumplieron su deber, porque al cabo de un cuarto de siglo no debían quedar a la derecha ni a la izquierda fuerzas considerables, que no estuvieran incorporadas al mecanismo y el funcionamiento de la política del país.

La realidad es ésta: la inmensa mayoría del pueblo español está abstenida, no interviene para nada en la vida pública; de los que quedan, eliminad las muchedumbres socialistas, anarquistas y libertar las que están sobre el horizonte, en el firmamento, pero forman otra constelación y nada tienen que

ver con este sistema planetario. De los que quedan, restad las masas carlistas y las masas republicanas de todos los matices; id contando mentalmente lo que os queda; subdividirlo entre las fracciones gobernantes, y decidme la fuerza verdadera que le queda en el país a cada una, la fuerza que representa cada organismo gobernante, con su mayoría, con su voto decisivo, con la acción y la dirección que ejerce en los negocios de la nación. Ésta es la realidad; y porque ésta es la realidad, se pueden presenciar los hechos que estamos viendo, las pruebas, a veces lamentables, a veces asombrosas, del absoluto divorcio, de la falta de trato y comunicación entre el Gobierno y el pueblo.”

Fragmento de un Discurso parlamentario pronunciado por Antonio Maura en 1901. Diario de Sesiones de las Cortes.

El nacionalismo vasco

- Busca información sobre el personaje al que se refiere el texto, su ideología y qué razones llevaron a su desarrollo desde finales del XIX

“Fui yo carlista hasta los diecisiete años, porque carlista había sido mi padre, aunque un carlista que sólo trabajo por el lema Religión y Fueros...Pero el año ochenta y dos mi hermano ya era bizcaíno nacionalista; yo defendía mi carlismo pero accidentes... tantas pruebas históricas y políticas me presentó él para convencerme de que Bizkaya no era España... que... concluí prometiéndole estudiar con ánimo sereno la historia de Bizkaya y adherirme firmemente a la verdad...

Tres trabajos se presentaron desde el primer día ante mis ojos: estudiar la lengua de mi patria..., su historia y sus leyes; y en segundo lugar, proporcionar a los compatriotas que no poseyeran el Euskera el medio de aprenderlo... y como síntesis de todo estos trabajos, la extirpación del extranjerismo e implantación del patriotismo...

Vuestra raza, singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo, era la que constituía a vuestra Patria Bizkaya, y vosotros, sin pizca de dignidad y sin respeto a vuestros padres, habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis hermanado o confundido con la raza más vil y despreciable de Europa. Poseíais una lengua más antigua que cualquiera de las conocidas... y hoy vosotros la despreciáis sin vergüenza y aceptáis en su lugar el idioma de unas gentes groseras y degradadas, el idioma del mismo opresor de vuestra patria.”

Sabino Arana. Obras completas, Ed. Sabindiar-Batza. 
 

El nacionalismo catalán

 

- Explica cuál fue el origen del nacionalismo catalán y cuáles fueron sus pretensiones al principio. En marca el texto de las “Bases de Manresa” en ese proceso así como la figura de Prat de la Riba

 

BASES DE MANRESA 1892

“Base 1ª. Sus atribuciones. Estarán a cargo del poder central: las relaciones internacionales, el ejército, las relaciones económicas de España con los demás países, la fijación de los aranceles, la construcción de carreteras, ferrocarriles, canales y puertos que sean de interés general, la resolución de los conflictos interregionales, la formación del presupuesto anual de gastos que se distribuirá entre las regiones en proporción a su riqueza...

Base 3ª. La lengua catalana será la única que con carácter oficial podrá usarse en Cataluña y en las relaciones de esta región con el Poder Central

Base 4º. Únicamente los catalanes, ya lo sean por nacimiento o bien por naturalización podrán desempeñar cargos públicos en Cataluña...

Base 6ª. Cataluña será soberana de su gobierno interior y por tanto dictará libremente sus leyes orgánicas, tendrá a su cargo la legislación civil, penal, mercantil, administrativa y procesal, el establecimiento y la recaudación de impuestos; la acuñación de moneda, y tendrá todas las atribuciones inherentes a la soberanía que no correspondan al gobierno central según la base 1ª

Base 7ª. El poder legislativo regional residirá en las Cortes catalanas... Las Cortes se formarán por sufragio entre los cabezas de familia...

Base 8ª El poder judicial se organizará restableciendo la antigua Audiencia de Cataluña...”

 

“P.- ¿Cuál es el deber político fundamental?

R.- Amar a la patria.

P.- ¿Cuál es la patria de los catalanes?

R.- Cataluña.

P.- ¿Tiene algún fundamento la distinción entre patria pequeña y patria grande?

R.- Ninguno; el hombre tiene una sola patria, del mismo modo en que tiene un solo padre y una sola familia. Lo que generalmente se llama patria grande no es sino el Estado compuesto de varias agrupaciones sociales que tienen la condición de verdaderas patrias.

P.- España, ¿no es, pues, la patria de los catalanes?

R.- No es más que el Estado o agrupación política a la cual pertenecen.

P.- ¿Qué diferencia hay entre el Estado y la Patria?

R.- El Estado es una entidad política, artificial, voluntaria; la Patria es una comunidad histórica, natural, necesaria. El primero es obra de los hombres; la segunda es fruto de las leyes a las que Dios ha sujetado la vida de las generaciones humanas.

P.- ¿Qué ejemplo de la historia contemporánea hace palpables estas diferencias?

R.- El caso de Polonia. El Estado polaco desapareció cuando los ejércitos de Rusia, Austria y Prusia lo dividieron; pero Polonia continuó y continúa siendo la única patria de los desgraciados polacos.

P.- ¿Qué es, pues, la Patria?

R.- La comunidad de gentes que hablan una misma lengua, tienen una historia común y viven hermanados por un mismo espíritu que marca con un sello original y característico todas las manifestaciones de su vida”.

PRAT DE LA RIBA, E. y MONTANYOLA, P.: Compendi de la Doctrina Catalanista. Sabadell, “La Renaixensa”, 1894.

 

 

El movimiento obrero y la “cuestión social”

 

- Explica cuáles eran las condiciones de las clases trabajadoras en España a finales del XIX. A partir de ahí, comenta cómo se produjo el surgimiento de las primeras organizaciones obreras, sus áreas de influencia y sus planteamientos programáticos (inserta fragmentos de los textos).

 

“Los que deseen formarse clara idea de las condiciones en que vive nuestro pueblo, deben visitar las casas cuyas señas indicamos, y examinar por sí mismos los alimentos y los vestidos (…). La mortalidad en las masas obreras es superior a la de las demás clases sociales. Para convencerse de ello basta comparar el número de defunciones por cada mil habitantes que ocurren en los distritos de Madrid donde predominan las gentes pobres, con las cifras análogas obtenidas en los barrios poblados por personas ricas o clase media. En algunas calles habitadas casi completamente por jornaleros y desvalidos, la cifra relativa de mortalidad está representada casi por el doble de la cifra

media de Madrid (…) pudiendo calcularse, por lo tanto, que es el doble o algo más de la de otras clases sociales. Influyen en tan malos resultados dos géneros de causas:

1. La mala alimentación, vestidos, habitación, etc.

2. La ausencia completa en los talleres de las precauciones sanitarias (…). Las enfermedades predominantes son las de las vías respiratorias (…). Los alimentos que consumen en Madrid los obreros son caros y malos. El conjunto de los datos que aquí pueden recogerse prueban que la carestía se mantiene (…).

Efectos en conjunto: que el obrero toma menos cantidad de materia alimenticia de la que necesita, y que esta cantidad no tiene para la nutrición el valor que aparenta.

Consecuencias finales: el agotamiento gradual de fuerzas, la predisposición a enfermar, el exceso de mortalidad que hemos indicado (…). Los barrios de Madrid donde preponderan los obreros carecen de limpieza, de higiene y de toda clase de condiciones para ser habitados, sin dejar de hallarse en continuo peligro la salud y la vida de sus moradores”.

E. SERRANO FANGATTI (1884), Informe de la Comisión de reformas sociales

 

PROGRAMA  DEL PSOE. 1888

“Considerando, que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases iguales y antagónicas; una la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada. Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, en envilecimiento intelectual y la dependencia política. Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del cual se vale para dominar al proletariado... el partido socialista obrero español declara que tiene por aspiración:

1º La posesión del poder político por la clase trabajadora.

2º.- La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, social o común. Entendemos por instrumentos de trabajo: la tierra, las minas, los transportes, las fábricas, las máquina, capital-moneda, etc.

En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes.

Y como medios inmediatos para la realización de este ideal, los siguientes: Libertades políticas. Derecho de asociación y legalidad de las huelgas. Reducción de las horas. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres para las mujeres... Creación de escuelas gratuitas...Servicio de armas obligatorio y universal y milicia popular...”

 

 

“La rebelión ha de existir, sí; pero contra los burgueses, contra los capitalistas, que son los que escriben leyes. Eliminando el reptil, se acaba con el veneno. Y esta rebelión ha de ser constantes, diaria, intensa, y el mejor armamento es la asociación. Cada nuevo socio es un nuevo soldado en el ejército sindicalista. Cada nueva asociación es una nueva trinchera defensora de nuestros derechos. Cada nueva federación, un nuevo baluarte donde se forman luchadores...

Haced, pues, Sociedades, federaciones y confederaciones y esperad la lucha; en ella habrá caídos pero no os paréis a recogerlos, seguid adelante... Tened en cuenta que hemos de prepararnos, no para una lucha de intereses. El siglo XX es el predestinado a abolir la esclavitud moderna.”

Carta del dirigente anarquista A. Bueno al Congreso fundacional de la CNT, 1911

 

 

La crisis del 98: La guerra de Cuba

 

- Los primeros documentos exponen algunas de las causas que llevaron a la guerra en Cuba y la posterior confrontación con Estados Unidos. Analízalos y desarrolla las causas del conflicto. A continuación, y con ayuda de un mapa, expón cómo fue el desarrollo de la guerra y cuál fue la chispa que la motivó. Finalmente explica qué consecuencias tuvo la guerra para España, Estados Unidos y la propia Cuba

 

“Esta guerra no puede llamarse tal; es una caza en un clima mortífero para nosotros, que nos es igual al desierto. [...1 Es cuestión de tiempo, y no puedo calcular cuánto tardaré en reducirlos; y mientras estén en armas, no hay que hacerse ilusiones, el peligro existe aún en la parte pacificada; podrá no venir, pero amenaza; se creía antes que el carácter de estos habitantes no era propio para la guerra; tanto el blanco como el negro nos han demostrado lo contrario. Las promesas nunca cumplidas, los abusos de todos géneros, el no haber dedicado nada al ramo de fomento, la exclusión de los naturales de todos los ramos de la administración, y otra porción de faltas, dieron origen a la insurrección. El creer los Gobiernos que aquí no había más medio que el terror, y ser cuestión de dignidad no plantear las reformas hasta que no sonase un tiro (con lo cual creo que hago una censura de esa idea), la han continuado: por ese camino nunca hubiéramos concluido, aunque se cuaje la isla de soldados: es necesario, si no queremos arruinar a España, entrar francamente en el terreno de las libertades.

Yo creo que si Cuba es poco para independiente, es más que lo bastante para provincia española, y que no venga esa serie de malos empleados todos de la península, que se dé participación a los hijos del país, que los destinos sean estables. [...]

Yo soy menos liberal que ustedes, y deploro ciertas libertades; pero la época las exige; la fuerza no constituye nada estable; la razón y la justicia se abren paso tarde [...].”

Carta del General Martínez Campos a Cánovas del Castillo, presidente del Consejo de Ministros, (Cuba, 19 de marzo de 1878)

 

“A qué se debe la guerra de Cuba y todo cuanto de ella se deriva? A la mala política colonial de España.

Si los gobernantes españoles hubieran visto en Cuba no un simple mercado para un puñado de capitalistas y una hermosa mina para sus paniguados y amigos, sino un pedazo de España digno de toda clase de atenciones y cuidados, no se hubiera manifestado en ella descontento alguno con la Península ni producídose los choques que con esta ha tenido. Si cuando la Isla de Cuba se mostró ansiosa de libertades, los Gobiernos de la Metrópoli se las hubieran concedido, no habrían estallado allí formidables insurrecciones. Si al verificarse, hace tres años, el alzamiento que tan caro nos cuesta, Sagasta o Cánovas hubiesen otorgado la autonomía, la guerra habría cesado. Y si Sagasta, viendo que la autonomía dada por él era tardía para lograr la paz en Cuba, se hubiera decidido a ofrecer la independencia a los insurrectos, habríanse ahorrado a estas fechas muchas vidas y muchos millones de pesetas, y se vería libre España del tremendo trance en que hoy se halla”.

IGLESIAS, P.: El Socialista, Madrid, 22 de abril de 1898.

 

Comercio cubano al inicio de la guerra de 1895

Exportaciones cubanas

Destino

Precio en dólares

%

Estados Unidos

58.557.641

82,93

España

8.121.814

11,50

América Británica (Canadá,…)

995.890

1,41

Francia

733.851

1,03

Alemania

657.068

0,93

Gran Bretaña

394.616

0,55

 

 “Considerando que el aborrecible estado de cosas que ha existido en Cuba durante los tres últimos años, en isla tan próxima a nuestro territorio, ha herido el sentido moral del pueblo de los Estado Unidos, ha sido un desdora para la civilización cristiana y ha llegado a su periodo crítico con la destrucción de un barco de guerra norteamericano y con la muerte de 266 de entre sus oficiales y tripulantes, cuando el buque visitaba amistosamente el puerto de la Habana; el Senado y la Cámara de Representantes, reunidos en Congreso, acuerdan:

1º.- Que el pueblo de Cuba es y debe ser libre e independiente.

2º.- Que es deber de los Estados Unidos exigir que el gobierno español renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno en la isla de Cuba y retire sus fuerzas de las tierras y mares de la isla.

3º.- Que se autoriza al Presidente de los Estados Unidos, y se le encarga y ordena, que utilice todas las fuerzas militares de los Estados Unidos para llevar a efecto estos acuerdos.

4º.- Que los Estados Unidos, por la presente, niegan que tengan ningún deseo ni intención de ejercer jurisdicción ni soberanía, ni intervenir en el gobierno de Cuba, si no es para su pacificación, y afirman su propósito de dejar el dominio y gobierno de la isla al pueblo de esta, una vez realizada dicha pacificación.”

Ultimátum del congreso de los EE.UU. a España. 20 de abril de 1898

 

La opinión pública española ante la guerra con EE UU (1898).

“A España le está encomendado un destino providencial en la historia. El pueblo español es el campeón del cristianismo y su historia es la del soldado de la civilización cristiana. Hoy nos atacan bárbaros que no vienen desnudos ni envueltos en pieles de pantera [. ..] sino montados en grandes máquinas de vapor, armados con electricidad y disfrazados de europeos. Pero, como todas las tribus bárbaras, no tienen más ideal que la codicia ni más código que los desenfrenos de su voluntad. Quieren destronar a Dios y colocar en sus altares al dólar como ídolo universal.”

Fragmento de un sermón del sacerdote Calpena en Madrid.

 

 

“Art. 1º. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre si y cumplirán 1as obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impuso el derecho internacional [...].

Art. 2º. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones.

Art. 3º. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas [...]. Los Estados Unidos pagarán a España la suma de veinte millones de dólares (20.000.000) dentro de tres meses después del canje de ratificación del presente Tratado.

Art. 5º. Los Estados Unidos, al ser firmado el presente tratado, transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas americanas al ser capturada Manila.”

 

Tratado de París entre España y los Estados Unidos (10-XII-1898)

 

 
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